Un aporte realizado por el Colectivo Valores e Infancia
Pasos de un Superhéroe
Este cuento narra la historia de un niño, Juanito, él vivía en un pequeño pueblo llamado Pescador, en el departamento del Cauca. Juanito admiraba mucho a su padre, pues le parecía que era el hombre más fuerte del mundo. El padre trabaja en un cafetal como recolector, Juanito nunca alcanzaba a despedirse, siempre que se levantaba él ya se había ido. Juanito a veces iba con su grandiosa madre a llevar el almuerzo y le impresionaba mucho la velocidad con la que su padre desgranaba el café, se quedaba mirando atentamente y decía que cuando fuera grande quería ser un superhéroe como él. Su padre, al mirar la atención que le prestaba Juanito le decía que pronto debía acompañarlo a trabajar para que se acostumbrara y se convirtiera rápidamente en un hombre responsable. Juanito al escuchar estas palabras entre brincos y risas decía:
- “Ojalá llegue rápido ese día papito, quiero trabajar muy duro para ser un
superhéroe como tú”
A lo que su padre respondió
- “Pronto mi mocoso, mientras tanto debes ayudar a tu madre”.
Su madre al ver esta escena solo sonreía con expresión tierna y le dijo a Juanito que debían irse ya, que había más oficios en casa que debían hacer, además su padre tenía poco tiempo para tomar el almuerzo. Juanito se despide muy alegre de su padre y
regresa a casa con gran motivación a realizar sus labores hogareñas.
Juanito se mantuvo muy motivado ayudando a su madre en el hogar, pues en su mente ese era su entrenamiento para convertirse en superhéroe. Una noche su padre le dice:
“Llegó la hora mi mocoso mañana madrugaremos al cafetal y tu serás mi ayudante”
Juanito no esperaba esa noticia, lo tomó por sorpresa y muy feliz entre saltos y risas
dijo:
“Ya me estoy convirtiendo en un superhéroe, ya estoy más cerca mami, mi papi me llevará mañana con él a trabajar, ayudarte si sirvió”.
Su madre con una sonrisa en su rostro le dijo:
“Claro que sí mi príncipe pronto serás un superhéroe, pero ahora debes dormir, los superhéroes siempre tienen que estar descansados”.
Juanito corriendo, se prepara para ir a la cama, aunque su gran emoción no lo dejaba conciliar el sueño, solo podía pensar en lo emocionante que sería su día al lado de su padre y que podría ayudarlo, luchar con él una feroz batalla en el cafetal y que al final del día él diría que estaba orgulloso y que su ayuda fue muy valiosa para él. Juanito no podía contener su emoción, pero después de mucho tiempo pensando e imaginando, el sueño lo venció y con una sonrisa en su rostro pudo quedarse dormido.
Llegó el ansiado día, el padre despertó a Juanito muy temprano, ni siquiera había salido el sol. Juanito como se desveló por la gran emoción aún se sentía muy cansado y con sueño, no quería levantarse, pero su padre insiste y al final se va al baño. Al abrir la ducha el agua estaba tan fría que Juanito gritó, nunca se había bañado tan temprano. Después de bañarse y vestirse, su madre los llama para que tomen el desayuno para ir al cafetal, Juanito a regañadientes se sienta en la mesa. Tenía tanto sueño que ni siquiera podía sentir hambre, al terminar el desayuno sale junto a su padre. Realmente Juanito no esperaba que su ansiado día fuese a empezar así, tenía mucho sueño, además estaba haciendo mucho frío, él quería volver a su cálida cama y seguir durmiendo. Al llegar al cafetal su padre saluda a sus compañeros y rápidamente se ponen en acción. El padre le explica a Juanito que debe ser muy rápido que las ganancias dependen de cuán rápido recolectan el café. Juanito al oír eso siente una gran motivación y con una sonrisa en su rostro se dispone a ayudar con entusiasmo.
Pero a medida que iba pasando el día Juanito se sentía triste, su primer día no fue como él lo esperaba, el trabajo era muy difícil y no podía atender lo que su padre le decía, no era tan rápido como él. Al medio día cuando llegó la hora del almuerzo, su madre como era costumbre fue a dejarlo y al llegar preguntó:
“¿Cómo va mi superhéroe?”
“Muy mal mamá, estoy cansado y mi papá va muy rápido no puedo seguirlo, cuando el termina algo yo apenas estoy empezando”
La madre con mirada fría le dice al padre:
“No seas tan duro con el niño, sabes que es su primer día” El padre con una carcajada responde:
“Jaja, yo le dije al mocoso que hay que ser rápidos ya se acostumbrará, para nadie es fácil el primer día, está aprendiendo rápido”
Juanito termina de almorzar y con una mirada triste sale a caminar antes de volver al trabajo y en el recorrido se encuentra a otro niño que también estaba ayudando a su padre. Ambos niños se agradan muy rápido y se presentan:
“Mucho gusto mi nombre es Juanito, estoy ayudando a mi padre”
“Mucho gusto Juanito mi nombre es Julián, también estoy ayudando a mi padre” empiezan a conversar de lo agotador que era este trabajo. Pero pronto llegó la hora de retornar al trabajo, los niños se despiden y se van junto a sus padres. Juanito cuando
llega junto a su padre le comenta que hizo un nuevo amigo a lo que responde que eso está muy bien. Al terminar la jornada Juanito regresa a casa con su padre muy cansado y un poco decepcionado, pues no ayudó tanto como lo esperaba, además sabía que no escucharía la frase que tanto deseaba. Pero su padre antes de irse a dormir le agradece y le dice que si sigue así pronto podrá ser un superhéroe, lo que pone muy feliz a Juanito y con una sonrisa se va a dormir.
Al día siguiente, Juanito retorna al trabajo con su padre y se encuentra con su nuevo amigo una vez más, Juanito le comenta que pronto será un superhéroe como su padre, que le había dicho que si ponía empeño muy rápido aprendería a trabajar como él. Su amigo le responde con cara de extrañeza:
“¿Cómo es que te gusta venir aquí?” A lo que Juanito responde:
“Me gusta, quiero ser como mi papi cuando crezca y voy muy bien”
“Yo lo odio, mi papá me obliga a venir y siempre me está regañando porque hago las cosas mal, no es justo, siento que no puedo hacer nada bien”
Juanito lo anima y le dice que para nadie es fácil el primer día, pero que pronto aprenderá a trabajar como su padre. Al decir esto se despiden, pues se distrajeron y ya
era la hora de volver al trabajo. Al terminar, el amigo se acerca a Juanito antes de irse a casa y le dice que su padre lo mandó a hacerle una propuesta. Juanito sorprendido le pregunta de qué se trata:
“Mi padre dice que dentro de la casa hay un cajón que guarda dinero, con el que
compras dulces, que si lo tomamos él te dará algo para que puedas comprarte muchos y darle uno a tu padre para que se sienta orgulloso”
Juanito al escucharlo, no le desagrada la idea, pero sabe que algo está mal, entonces le dice que lo pensará. A lo que su amigo le dice que está bien pero que nadie se
puede enterar de esto, ni siquiera su padre.
Juanito piensa mucho en la propuesta que le ha hecho su amigo y le agrada la idea de poder comprar muchos dulces y compartirlos con sus padres, pero hay algo del plan que no le gusta. Su padre al verlo tan pensativo, le pregunta qué le pasa, a lo que Juanito responde:
“Julián me ha hecho una propuesta, pero no sé si estaría bien”
“¿Y cuál es esa propuesta mi mocoso?
Juanito a pesar de que su amigo le había dicho que no le dijera nada a su padre, siente
que puede decírselo, pero al hacerlo termina preguntando si es lo correcto. Su padre, al escucharlo le pregunta:
“¿Crees que es lo que haría un superhéroe?”
“No señor, no creo que eso haría un superhéroe, no creo que tu lo hicieras papi”
“Así es mi mocoso, la honestidad es un valor que siempre debe estar presente en tus decisiones, en nuestro país hay muchos problemas porque las personas, sobre todo las que nos gobiernan no son honestas”
Al día siguiente, Juanito le dice a Julián que no lo hará, que no sería honesto, a lo que Julián responde:
“Está bien, tú te lo pierdes, todos los dulces serán para mí entonces”
Pero Juanito lo aconseja diciendo:
“No lo hagas, la honestidad es un valor que debes tener siempre, siempre hay problemas cuando las personas no son honestas”.
Pero Julián no lo escucha y le dice:
“No digas tonterías, mi padre me dijo que todo estaría bien, que siempre que haya una oportunidad hay que tomarla, los dulces son todos para mi, adiós”.
Juanito, triste vuelve a dónde su padre a continuar con sus labores y su padre lo observa, pero prefiere no hablar de ello.
Juanito estaba trabajando con su padre cuando de repente se escuchó un escándalo muy fuerte, todos fueron a ver qué pasaba y al llegar vieron al dueño de la casa sosteniendo a Julián bruscamente del brazo, mientras gritaba:
“! SUELTEME, MI PAPÁ ME MANDÓ ¡”
Al llegar su padre, el niño logró soltarse y salió corriendo hacía él, pero al llegar su padre lo recibió con un fuerte regaño para disimular su culpa. El dueño de la casa le comentó lo sucedido y lo que el niño decía cuando lo descubrieron, el padre de Julián
solo tenía para decir:
“No tengo idea de lo que habla Patrón, yo no mandé a este niño a hacer nada de eso”
A lo que el dueño le respondió:
“Los niños no mienten, si él dijo que usted lo mandó, ¡es porque así es!”
“Le juro que no, yo no lo mandé a hacer nada”
“¡No sea mentiroso!, además yo sé que usted me roba café para venderlo por su cuenta, no lo había echado porque me daba pesar con su familia, pero no lo
quiero volver a ver”
Cuando Juanito y su padre llegaron a la casa ese día, Juanito le dijo que se sentía triste por Julián, que él no tenía la culpa. A lo que su padre respondió:
“Es lo que te decía mi mocoso, siempre que uno obra mal, le va mal, es mejor ser honesto y estar tranquilo”
Pero Juanito con cara de interrogación le pregunta nuevamente:
“Pero papi, si eso es así ¿cómo es que hay tanta gente que hace el mal y no cambia?
A lo que su padre responde:
“Mi mocoso, esas personas no cambian porque están seguras de que en algún momento les va a ir bien, pero no ven como están arruinando sus vidas y la de otros”
“¿Entonces cómo podemos hacer para cambiarlo Papi?”
“Actuando bien hijo, siempre el cambio empieza por uno mismo, si obras bien las otras personas se contagiaran de eso. Pero bueno, ya es hora de que te acuestes, mañana debemos madrugar otra vez”
“Está bien Papi, gracias por enseñarme, te quiero mucho mi superhéroe”
“Yo también te quiero mi mocoso, estoy muy orgulloso de ti”.
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